Las medidas para hacer frente a este tipo de siniestros están detalladas en el Reglamento de Instalaciones de Protección  contra Incendios (RIPCI), aprobado en 2017.

Esta normativa afecta tanto a las empresas de mantenimiento como a las comunidades de vecinos, pues establece mejoras en los sistemas de prevención, además de actualizaciones regulares y revisiones periódicas.

Entre las principales novedades también se exige el control efectivo de las empresas a cargo de la seguridad contra incendios, más regulaciones de acuerdo a las características de cada finca y una actualización de los instrumentos de prevención de incendios.

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