Cuando una puerta roza el suelo al abrir o cerrar, puede resultar molesto e incluso causar daños tanto en la puerta como en el suelo. Afortunadamente, existen varias soluciones prácticas para corregir este problema.
1. Ajustar las bisagras: En muchos casos, el roce de la puerta con el suelo es causado por un desajuste en las bisagras. Para corregirlo, simplemente debes aflojar los tornillos de las bisagras y levantar o bajar la puerta hasta que quede nivelada. Luego, aprieta los tornillos nuevamente para asegurar la posición de la puerta.
2. Limar el borde inferior de la puerta: Si el problema persiste después de ajustar las bisagras, puedes optar por limar el borde inferior de la puerta. Para ello, retira la puerta de sus bisagras y, con una lima o una lijadora eléctrica, ve eliminando cuidadosamente pequeñas cantidades de madera del borde inferior hasta que la puerta deje de rozar el suelo.
3. Colocar una junta o burlete: Otra solución práctica es utilizar una junta o burlete adhesivo en el borde inferior de la puerta. Estos materiales suelen estar fabricados en goma o silicona y se adhieren fácilmente al borde de la puerta. Al colocarlos, la puerta se elevará ligeramente y evitará el roce con el suelo.
4. Aumentar la altura de las patas o topes: Si la puerta roza el suelo solo en un lado, puedes intentar aumentar la altura de las patas o topes de la puerta en ese lado. Para ello, puedes utilizar calzos o incluso pequeños trozos de madera para elevar la puerta y evitar el roce con el suelo.
5. Reemplazar las bisagras o la puerta: Si ninguna de las soluciones anteriores funciona, es posible que las bisagras estén dañadas o la puerta esté deformada. En este caso, puede ser necesario reemplazar las bisagras por unas nuevas o incluso considerar la posibilidad de cambiar la puerta por una nueva.
Lijar puerta por debajo sin desmontar: truco eficaz
Si necesitas lijar la puerta por debajo sin desmontarla, aquí tienes un truco eficaz:
1. Prepara el área de trabajo: Coloca una lona o periódicos en el suelo para protegerlo de posibles daños o manchas.
2. Revisa el estado de la puerta: Asegúrate de que no haya clavos o elementos que sobresalgan por debajo de la puerta, ya que podrían dañar el papel de lija.
3. Elige el papel de lija adecuado: Utiliza un papel de lija de grano medio para comenzar. Si la puerta tiene muchas imperfecciones, puedes empezar con un grano más grueso y luego pasar a uno más fino.
4. Lija en la dirección de la veta: Frota suavemente el papel de lija sobre la superficie de la puerta, siguiendo la dirección de la veta de la madera. Evita hacer movimientos bruscos o en círculos.
5. Comprueba el progreso: De vez en cuando, detente y revisa el estado de la puerta. Si ya has eliminado las imperfecciones deseadas, puedes pasar a un papel de lija más fino para darle un acabado más suave.
6. Limpia el polvo: Después de lijar, utiliza un paño húmedo para eliminar el polvo y los restos de madera que hayan quedado en la puerta.
Recuerda que lijar una puerta por debajo sin desmontarla puede requerir tiempo y paciencia. Si no te sientes seguro o no tienes experiencia, es recomendable buscar la ayuda de un profesional.
Evita el roce de la puerta con estos trucos
Aquí te presentamos algunos trucos para evitar el roce de la puerta:
1. Coloca topes de goma en los marcos de la puerta para que actúen como amortiguadores y eviten el contacto directo con la pared.
2. Utiliza protectores adhesivos de silicona en las esquinas de la puerta para prevenir posibles daños en caso de golpes.
3. Instala bisagras con cierre suave que permitan que la puerta se cierre lentamente y sin hacer ruido.
4. Asegúrate de que la puerta esté correctamente nivelada para evitar el roce con el suelo o el techo.
Recuerda que estos trucos pueden ayudarte a mantener tus puertas en buen estado y prevenir posibles daños.
Espero que estas soluciones te hayan sido de utilidad y que puedas corregir fácilmente el problema de tu puerta. Recuerda siempre revisar de forma periódica el estado de tus puertas para evitar inconvenientes futuros. ¡Hasta la próxima!